Lago Grey.

Un trozo de hielo del Lago Grey. Torres del Paine. Enero 2013.

Caminando por la ribera del Lago Grey. Torres del Paine. Enero 2013.

Mucho más grave (Mario Benedetti)

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo y eso en verdad no es nada extraordinario vos lo sabés tan objetivamente como yo. Sin embargo hay algo que quisiera aclararte, cuando digo todas las parcelas, no me refiero solo a esto de ahora, a esto de esperarte y aleluya encontrarte, y carajo perderte, y volverte a encontrar, y ojalá nada más. No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llorá. Y que un lindo aguacero invisible nos ampare y quizás por eso salga enseguida el sol. Ni me refiero a solo a que día tras día, aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades, o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias, o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación. No. La cosa es muchísimo más grave. Cuando digo todas las parcelas quiero decir que además de ese dulce cataclismo, también estas reescribiendo mi infancia, esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos las celebran, y vos en cambio sabés que eso no sirve. Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia, ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos, y vos sabés en cambio extraer de ese páramo, mi germen de alegría y regarlo mirándolo. Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud, ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos, esa sombra que nadie arrimó a su sombra, y vos en cambio sabés estremecerla hasta que empiecen a caer las hojas secas, y quede la armazón de mi verdad sin proezas. Quiero decir que estás abrazando

mi madurez esta mezcla de estupor y experiencia, este extraño confín de angustia y nieve, esta bujía que ilumina la muerte, este precipicio de la pobre vida. Como ves es más grave, Muchísimo más grave, Porque con estas y con otras palabras, quiero decir que no sos tan solo, la querida muchacha que sos, sino también las espléndidas o cautelosas mujeres que quise o quiero. Porque gracias a vos he descubierto, (dirás que ya era hora y con razón), que el amor es una bahía linda y generosa, que se ilumina y se oscurece, según venga la vida, una bahía donde los barcos llegan y se van, llegan con pájaros y augurios, y se van con sirenas y nubarrones. Una bahía linda y generosa, Donde los barcos llegan y se van. Pero vos, Por favor, No te vayas

Cuando alguien muere, ¿nace una estrella?

Contra la muerte

¿Qué vamos a hacer con tanta muerte?
¿Qué vamos a hacer contigo,
con tus alas negras que intentan detener
el río de la Vida?

¿Qué haremos con tus golpes arteros,
rayos feroces, que separan
a los padres de sus hijos,
las esposas de sus esposos,
a los hermanos más dilectos,
a los amigos más queridos?

¿Con tu silencio mortal,
de muerte infinita?
¿Qué haremos con tantos
labios sellados
y tantos ojos cerrados?

Pues, óyelo bien,
hemos hecho un trato:

¡Vamos a vivirnos!

Vamos a abrir los ojos
y a mirarnos con luz nueva,
con amor infinito,
con el rostro sonriente
y las manos dispuestas.

Vamos a amarnos
por los siglos de la tierra.
A descubrir en el otro,
que la vida
es la luz
tras la tormenta.

Queremos soñar
con los ojos llenos de estrellas
y en el corazón una candela.



Es nuestra promesa:
amasar el pan de la vida,
con amor infinito
y esperanza cierta.


(Y todos los hijos de la tierra...)
¿Vamos a querernos?
(mientras el alma encienda...)
Vamos a querernos.
(una luz en las tinieblas...)
¡Vamos a querernos!

Amor de invierno

Pienso en ti

Pienso en ti.
Cuando el mar,
Con su porfía de fuego
Y sus labios de espuma,
Besa la playa de arenales labios.
Es mi boca
Un enjambre de soles.

Pienso en ti,
En la noche callada,
Con su silencio de luna,
Su marea de estrellas
Y sus sueños de sol.
Es mi sueño dormir
En tus brazos celestes,
En las sábanas blancas
De tu piel generosa.

Cuando despierte mañana,
Abriré mis párpados,
Para beber de tus ojos
La luz de dos soles:
El fuego de la vida
Y la llama de tus labios.

Día del Maestro... como en los inicios.

Hoy es el día del Maestro



La fiesta ha comenzado.
El cielo ha encendido
las guirnaldas de luces y colores,
En rayos de sol
¡qué son unos primores!

Un niño viste
ropas primaverales,
su mejor sonrisa,
su alegría a raudales.

- Madre, ¡Qué es tarde!
Mi maestra aguarda.
en mi mochila tengo
un regalo para darle;
y mi corazón lleva
pájaros que aletean
para su canto entregarle.

- Hijo, ve con paso presuroso;
Saluda a tu maestra,
de mi parte un abrazo
y un saludo afectuoso.

Tú, que llevas la esperanza
en tus ojos soñadores,
dile que agradeces
Su paciencia y sus afanes,
su ternura, su saber,
sus desvelos, ¡Dios le guarde!


Que su palabra es la flor
Que en los niños se reparte;
y el milagro siembra hoy
para que mañana
no amanezca en balde.

Un día tú serás, Dios lo quiera,
un hombre grande
y tendrás en tu recuerdo
mil historias que contarle.

- Todo haré, con gusto,
mi querida madre.

Este niño que ahora crece
guardará por siempre
en su pecho este mensaje:
¡Maestra de mi corazón,
Feliz Día… y gracias
por tu vida entregarme!

Día de la Madre.

Día de la Madre


Hoy mis ojos
son el cielo entero,
porque quieren llenarse
de la luz de tus estrellas,
diamantes de amor,
luceros de esperanza.

Porque mis manos
se llenan de la tierra plena
donde germina la semilla
para habitar el mañana:
el tiempo soñado en la vastedad
y pureza de tu vientre generoso.

Hoy mi voz es todas las voces,
es todo el canto
es todas las armonías;
es un himno para ti,
Madre querida.
Porque todo el universo canta
el milagro de la vida,
eternidad de amaneceres,
en tu carne consagrada.

Hoy renacen las flores;
el sol tiene nuevos rayos;
el mar es una danza de alabanzas;
la luna es la madre
de estrellas infantiles;
el viento ensaya
en el pentagrama del cielo,
la canción más sagrada.

Porque todos te cantamos a ti,
Amada, Madre, amada.